Elementos no-negociables
Todo lo que conduzca a ver a Cristo formado en los hombres será, para los tripulantes de Mar Adentro, objeto de máxima atención y acción apostólica. Para lograr la perseverancia en la vida cristiana, tomamos como base estos siete elementos:
Comprender la importancia del bautismo ya que nace de ahí el deseo de la santidad.
“… los laicos por razón del Bautismo pueden y deben ejercer el apostolado llamado “común de la Iglesia”, es decir, el laico santificándose a sí mismo, por esa misma razón, se convierte en una suerte de cáliz, lleno de la sangre de Cristo, que derrama sobre los demás su súper abundancia……parte de la misión también del laico y que brota de la realidad del Bautismo, el laico imprime, por razón de su Bautismo, carácter cristiano a todas las actividades de su vida, sea lo que haga, siempre que sea algo querido por Dios, eso lo ofrece al Padre, y entonces al ser ofrecido al Padre, eso está siendo cristianizado… ”.
- P Miguel Buela a la Tercera Orden de Estados Unidos)
A) La centralidad de la misa.
“La Santa Misa es el acto litúrgico por excelencia, y “la liturgia es la cumbre a la cual tiende la actividad de la Iglesia y al mismo tiempo la fuente de donde mana toda su fuerza”, de ella “deriva hacia nosotros la gracia… y se obtiene con la máxima eficacia aquella santificación de los hombres en Cristo y aquella glorificación de Dios a la cual las demás obras de la Iglesia tienden como a su fin”. Téngase gran aprecio por la Misa concelebrada por los miembros de la comunidad”.
- Constituciones. Artículo 2: Vida de oración, n 137
B) La confesión, con la frecuencia mínima mensual, aconsejando en lo posible semanal.
«En Cristo se reconoce la santidad de Dios y la gravedad del pecado; por su palabra somos invitados a la conversión y a recibir el perdón de los pecados, dones éstos que, en plenitud, recibimos en el bautismo, y que debemos “encarnar” negándonos a nosotros mismos, tomando la propia cruz y participando en los sufrimientos de Cristo. Para nuestros terciarios el santo sacramento de la Reconciliación o Penitencia ocupa un lugar importantísimo en la vida espiritual. Debemos tener devoción a la confesión frecuente, ya que son muchos los frutos que de ella se siguen: “…aumenta el justo conocimiento propio, crece la humildad cristiana, se desarraigan las malas costumbres, se hace +++frente a la tibieza e indolencia espiritual, se purifica la conciencia, se robustece la voluntad, se lleva a cabo la saludable dirección de las conciencias y aumenta la gracia en la virtud del sacramento”»
- Directorio de la Tercera Orden, nn 111 – 112
A) Ejercicios Espirituales una vez al año.
“El ejemplo de Nuestro Señor de retirarse durante cuarenta días nos debe llevar a valorar en sumo grado la práctica de los Ejercicios Espirituales, en especial, según San Ignacio de Loyola y aspirar a realizar alguna vez los típicos de treinta días. Asimismo, es de todo alabar el hacer ejercicios anuales de cinco días. También creemos que es muy importante el retiro mensual. Esta conciencia clara del valor insustituible de los ejercicios espirituales para la renovación de la vida cristiana enseñando a vencerse a sí mismo y a ordenar la propia vida según Dios, nos debe llevar a conocer en profundidad los mismos, a prepararse para promoverlos con entusiasmo acercando a las almas a esa fuente particular de donde brota la gracia de Dios que son los Ejercicios Espirituales”.
- Directorio de la Tercera Orden, nn 115 – 116
B) Retiro mensual que se comparte en la página de Ejercicios Espirituales. Dedicarles al menos una hora. Si no se puede; una vez al mes revisar el Plan de Vida.
“ ..a la predica de los Ejercicios Espirituales según el método de San Ignacio de Loyola y de días de retiros para los terciarios, a esculpir en sus almas el modelo de un laico del Verbo Encarnado, de acuerdo a la espiritualidad y a la doctrina de nuestra familia religiosa”. (Directorio de la Tercera Orden 641)
C) Examen de Conciencia General al menos diario una vez a la noche; si podemos el Examen de Conciencia Particular que propone San Ignacio, mejor.
A) Renovar la Consagración todos los años.
B) El rezo diario del Santo Rosario de al menos 5 decenas.
C) Rezo del Ángelus 3 veces al día.
“¡Dichosos, pues, mil veces dichosos, los cristianos que ahora se sujetan fiel y enteramente a Ella, como a un ancla firme! Los esfuerzos de la tormenta de este mundo no los hará sumergir, ni perder sus tesoros celestiales. ¡Dichosos aquellos y aquellas que entren en Ella como en el Arca de Noé! Las aguas del diluvio de los pecados, que ahogan a tantos, no los dañarán, porque: “Qui operantur in me non peccabunt: los que están en mí para trabajar en su salvación no pecarán”, dice Ella con la Sabiduría”. (Tratado 175)
“Esta consagración a María es hecha como “materna esclavitud de amor”, según el modo admirablemente expuesto por San Luis María Grignion de Montfort. Tal esclavitud es llamada por él “esclavitud de voluntad” o “de amor”, ya que libre y voluntariamente, sólo movida por el amor, hacemos ofrenda de todos nuestros bienes y de nosotros mismos a María, y por Ella a Jesucristo… no sólo ofrecemos a Cristo por María nuestro cuerpo, nuestra alma y nuestros bienes exteriores, sino incluso nuestras buenas obras, pasadas, presentes y futuras, con todo su valor satisfactorio y meritorio, a fin de que Ella disponga de todo según su beneplácito, seguros de que por María, Madre del Verbo Encarnado, debemos ir a Él, y que Ella ha de formar “grandes santos”.
- Constituciones, Artículo 5: El voto de consagración a María, nn 83 – 84)
“En este Directorio se mencionan las oraciones propias de nuestros Institutos, como lo es la Santa Misa, Vía Crucis, teniendo un entrañable amor al misterio de la Pasión y de la Cruz, el Santo Escapulario, la Cruz de Matará, devoción Mariana, celebrando los sábados en su honor, iluminando y adornando sus imágenes, propagando su devoción, sobre todo por medio del rezo del ángelus y del Santo Rosario diario. No se desprecie ni menoscabe, sin embargo, las devociones propias del lugar o personales”.
- Directorio n 643
La formación será vía Zoom, quedará grabada y será compartida en YouTube de manera privada para los que no puedan estar.
“Para la formación espiritual de los Terciarios se ha de usar de la multiforme riqueza espiritual de la Iglesia, particularmente de los escritos del Magisterio y las obras de los Santos. Ante todo se ha de hacer hincapié en la Misterio del Verbo Encarnado, centro de nuestra espiritualidad, y en la Consagración a la Santísima Virgen, según el método de San Luis Grignion de Montfort. Se ha de insistir también en el amor a las cosas sagradas, principalmente la Santa Misa; además de promover el amor al Sacerdocio, la Sagrada Escritura, y al Santo Padre”.
- Directorio de la Tercera Orden n 642
Ofrecer la Comunión por los Sacerdotes:
“Por razones del Bautismo, en primerísimo lugar, los laicos tienen la misión, porque tienen el poder, de ofrecer en la Santa Misa, la Víctima Divina, Jesucristo, a Dios Padre, y a ofrecerse a ellos mismos junto con la Víctima Divina a Dios Padre. De tal manera que, por Jesucristo, en el Espíritu Santo se ordena toda la vida de los laicos al Padre Celestial. Esa participación, que es la participación plena en la Santa Misa, se hace perfecta, por así decirlo, cuando además se participa de la Víctima. Cuando se comulga en la misa, recibiendo el Cuerpo y Sangre del Señor que es la Víctima, la misma Víctima del sacrificio de la Cruz. Ese es el trabajo más importante que tiene el laico. No es un favor que se le hace, claro, lo hace Dios ese favor, pero no es que lo hacen los hombres, que en la misma realidad de su Bautismo, brota el hecho de estar facultado sacramentalmente para ofrecer, con el sacerdote y junto con el sacerdote, la Víctima Divina y a sí mismo como víctima al Padre”.
- P Miguel Buela a la Tercera Orden de Estados Unidos
“El misterio divino de la encarnación del Verbo está, pues, en estrecha relación con la familia humana. No sólo con una, la de Nazaret, sino, de alguna manera, con cada familia, análogamente a cuanto el concilio Vaticano II afirma del Hijo de Dios, que en la Encarnación «se ha unido, en cierto modo, con todo hombre». Siguiendo a Cristo, «que vino» al mundo «para servir» (Mt 20, 28), la Iglesia considera el servicio a la familia una de sus tareas esenciales. En este sentido, tanto el hombre como la familia constituyen «el camino de la Iglesia»”.
- Carta Gratissimam Sane, Juan Pablo II a las familias.
El Apostolado se realizará de acuerdo con la situación personal de vida o familia, ya sea apoyando con la creación de material y/o la difusión del mismo en los medios de comunicación del Instituto y/o en sus parroquias participando en los grupos y en las actividades de su comunidad.